domingo, 11 de mayo de 2014

La fecha de examen.



Cada vez que se publica la fecha de examen a mi me da taquicardia. Me pongo malísima. Me da la “mala” (véase http://sobreviviraunaoposicionyotrasideas.blogspot.com.es/2014/05/la-mala.html) y me agobio. 

En el origen de los tiempos, el día de publicación de la dichosa fecha de examen me desestabilizaba tanto que no conseguía estudiar NADA en toda la franja horaria (tarde o mañana, dependiendo de cuando yo ya sabía la fatal noticia). Ahora, casi 3 años después, me sigo poniendo nerviosa (creo que no va a cambiar jamás) pero me hace centrarme y avanzar más en el estudio/repaso.

Por eso os explico la siguiente situación en la que me encuentro:

Debido a motivos familiares tuve que ausentarme de mi opozulo viernes tarde y sábado íntegro. Desplazamiento provincial incluído. Yo conducía. No podía llevar apuntes.
Esto implica que hoy es domingo. Hace solazo (Murphy está siempre ahí) y tengo que estudiar. LOL.

A esto hay que sumarle que ha salido “LA FECHA”. Aquí servidora es gallega y se enteró el jueves que la Xunta había decidido (alabado sea el Señor) publicar la fecha de examen: 7 de junio. Ni un cochino mes de margen. GRACIAS SEÑORES DE LA XUNTA POR TOCARSE LAS NARICES 6 MESES Y AHORA SACAR TODO SIN MARGEN DE TIEMPO. GRACIAS DE TODO CORAZÓN.

Mi estado mental es el siguiente: esta convocatoria, no porque sea autonómica, sino por el número de ellas que llevo a mis espaldas es importante. Estoy quemando cartuchos. Muchos. Todos los que creo tener, incluidos los de repuesto. Así que imaginad mi ansiedad y mi mala leche cuando no sólo vi que mis planes de estudio se trastocaban el fin de semana sino que, aún encima, “la fecha” estaba ahí. Un mes señores. Un mes.

Yo sé que muchos de mis compañeros sufren el mismo síndrome de paranoia que yo con las fechas de las convocatorias, así que si alguien me lee (que realmente espero que así sea) contemos hasta diez y roguemos al cielo que llueva en Galicia hasta el día 7. Porque amigos míos, en Galicia el sol es una institución y es muy duro verlo y no desear salir a la calle para comprobar si es real o si es de atrezzo.

Pues nada, desde mi opozulo, con amor, calor, sol y “la fecha” me despido.
Sonrisas telepáticas :)

.A.

Enlace a la publicación de la Xunta de Galicia
http://www.xunta.es/rcp/listas/rcp_opo/opo_listas_xeral.jsp?rcpTIPO_CONS=1&rcpRELSER_PSEL=A&rcpGRUPO_PSEL=B&rcpCUECAT_PSEL=205F%20&rcpNUMSEC_PSEL=1&rcpANO_PSEL=2012&lang=gl

martes, 6 de mayo de 2014

La "mala"

Hoy me gustaría hablar de “la mala” o también conocida como “el día de la llorera” o “la tontería”. Y como diría Goyo Jiménez “no lo digo, lo hago”.

7/8/9 a.m. Suena el despertador. Le das otros cinco minutitos más porque es lunes/jueves/martes y estás reventad@. Te incorporas y notas que te duele la cabeza. Malo. Ya empezamos mal. Te lavas la cara y ves en el espejo lo pálid@ que estás. Estamos en Mayo/Junio/Julio y hoy hace solazo y calor y tú tienes la melanina de Casper. Malo malo. No empezamos bien el día. Desayunas mientras ves la tv/lees un periódico/buceas en internet y lees que Montoro ha modificado un tema de la oposición o que va a modificarlo/ que hay un tertuliano en la tv que opina de derecho/economía sin tener ni puñetera idea (en este país de derecho, economía y medicina opina todo pichi, esto es así) y ya empiezas a “calentarte”. Te tomas un ibuprofeno para tu dolor de cabeza sideral. Ibuprofeno que no te va a hacer nada y lo sabes. Te metes en el opozulo. Si el opozulo tiene ventanas, bajas la persiana/estor para no ver penas (también llamada calle o mundo exterior) y enciendes tu fiel aliado el flexo. Tu dolor de cabeza sigue ahí y pasan 2 horas y el tema no avanza. No retienes, el ibuprofeno se ha llevado tus neuronas y ha decidido dejarse el dolor de cabeza. Te entra el agobio. “No llego” (si tienes que cantar), “no me sale” (si es contabilidad), “no me acuerdo” (si estás repasando). Y ya no hablemos si esto sucede en vísperas a un examen...
Y es ahí cuando llega “la mala”.

En mi caso me da la tontería de llorar. ¿Por qué lloro? Ay, buena pregunta. Pues no tengo ni idea. Lloro. Por el agobio supongo. Lloro hasta el borde de la deshidratación, hasta que me canso. Hasta que me aburro de llorar. Entonces y solo entonces, hago mi táctica infalible. Me miro al espejo y sí, corroboro mi palidez y me digo en voz alta (porque un buen opositor habla en voz alta como si tuviera un amigo imaginario llamado Spock) “A, ya está, ya has llorado, ya tienes mocos y sigues igual de pálida y aun con más dolor de cabeza. ¿Has ganado algo? No. ¿Has perdido algo? Si, tiempo y agua. Así que venga, se acabó la tontería (y aquí viene la clave) si el tema no entra hoy, entrará mañana y si no, no pasa nada”.

Creedme, funciona. Es como un monólogo catártico. Como si la presión desapareciera y entonces... el tema fluye. El dolor de cabeza seguirá ahí todo el día, sí, pero tu estarás mucho mejor contigo mism@.

La mala puede tener otras variantes, estrés, ansiedad... cualquier método de bloqueo que se os ocurra pero todos tienen la misma solución: calmarse. Yo he tenido SEMANAS (que se dicen pronto) de “la mala” y como dice mi santa madre (que también preparó oposición) eso es que el cuerpo te pide calma y como no se la des... vas fastidiado.

Por eso, como consejo a modo zen os diría que oigáis lo que el cuerpo quiere. Esto es como cuando estas a dieta y quieres una dichosa galleta de chocolate. Es mejor comértela a estar todo el día con un mono y una ansiedad dignos de tratar por drogadicción.

Y venga, volvamos al opozulo pero siempre con una sonrisa.

A.

lunes, 5 de mayo de 2014

Andadura bloguera...

Lo sé.
Soy opositora y como tal tengo muy poco tiempo libre, o eso debe parecer a ojos del mundo y por eso, por crear este blog, debería arder en el infierno entre millones de carperis llenitos de apuntes. Lo sé. "Por mi culpa por mi culpa por mi gran culpa".
Quizá mi forma de opositar no es la mejor, ni la más efectiva, pero considero que es la más sana para no acabar desquiciada en una esquina dándome cabezazos con una calculadora mientras me mezo de un lado a otro. Soy fiel partidaria de buscar el lado positivo a las cosas (aunque a veces no haya por donde cogerlas) y también creo que mis miedos y "pajas mentales" opositoriles son un mal comunmente extendido, vamos, que no estoy sola en mi pseudolocura.
Y de ahí viene la razón de este blog.
Me gustan mucho los blogs de opositores que te dan buen rollito y que te dicen que todo va a salir bien, que todo esfuerzo tiene su recompensa e incluso me pueden llegar a motivar los blogs de los ya "no opositores" que te dicen que una vez sacas la opo te sientes realizad@. Está muy bien. Sin embargo a veces echo en falta que alguien me diga la verdad, que no me lo pinten todo tan bonito, sino que me digan "oye chica, esa duda existencial que te surge una vez suspendes el examen acerca de si la lámpara aguantará tu peso, a mi también me ha pasado" y que una vez tienes esa duda y la comentas en voz alta con otra gente de este "gremio", te das cuenta que no eres un bicho de pelo verde y que todos hemos pasado por fases así. Que sí, tenemos momentos de subidón, que somos los reyes del mambo y chapamos como si tuvieramos el cerebro nuevecito del trinque pero otras, amigos míos, no arrancamos ni a la de tres.
Por estas y mil razones más, aquí estoy, tecleando antes de irme a mi opozulo con una sonrisa. Siempre con una sonrisa.

Y como no es lo mismo, contarlo que vivirlo, voy a seguir con este blog y opositando (como mínimo) 21 días ;)

.A.